El juego de la vida.
Capitulo 1
“se suponía que solo era un juego…esto no tenía que pasar”
Ese cielo era muy hermoso pero a
la vez tan lejano, a Ana le gustaría sentir el aire del exterior directamente
pero le era imposible, lo único que podía hacer era observar tras ese cristal
tan fino y a la vez tan indestructible como sus familiares estaban afuera sin
poder ver lo que pasaba en el interior de esa gran construcción de cristal.
Eso no debería estar pasando, y
aun no podía comprender a ciencia exacta que era lo que pasaba. ¿Cómo había
llegado a ese punto sin retorno? Una pregunta por la cual haría lo que fuera
por una simple respuesta.
Ana no era la única confundida en
ese sitio, también se encontraban las otras 27
personas que sin duda alguna estaban igual o incluso más asustadas que
ella.
Sus pensamientos viajaban por su
mente, ya habían pasado seis horas desde que quedaron encerrados y ella se
pregunto ¿Cómo fueron tan idiotas como para caer en esa trampa? Recordaba que
en la mañana de ese día, exactamente a las 6:30am recibió un mensaje de texto,
en el que se leía claramente cuatro palabras “¿quieres vivir una aventura?”, mensaje que no solo recibió
ella, sino otras 27 personas más, y con ella eran 28.
Pensó que sería divertido, así
que respondió el mensaje, con un “si”,
a solo un minuto de haber dado respuesta al mensaje, recibió otro, que decía “te esperamos a las 6:00pm en el campo que
queda a cuatro calles de tu hogar”, cuando leyó eso se sorprendió y se
asusto un poco, así que decidió no ir.
Entonces, ¿Qué hacía a las 5:46pm
en ese campo desierto? Sinceramente la curiosidad puede hacernos tomar decisiones
estúpidas, se sintió boba pero la reconforto el hecho de que no
estaba solo ella en ese campo, sino también se encontraban más personas que con
el pasar del tiempo iban llegando más, incluso reconocía a la mayoría, todos
muchachos de entre los 16 a los 18 años que casualmente vivían cerca de ella.
Eso le pareció muy raro, mucha casualidad junta a decir verdad.
Justamente a las 6:00pm de la nada sintieron como el suelo
temblaba, “un terremoto” fue lo primero que se le vino a la mente, pero cuan
equivocada estaba. Sus ojos no podían creer lo que veían, ¿acaso esas eran
paredes de vidrio que salían de la tierra?, giro a su derecha y noto como todos
los demás jóvenes se encontraban igual de sorprendidos, hasta que el temblor se
detuvo, miro su teléfono 6:20pm, su sorpresa creció aun mas, ¿quedo en shock
por 20minutos? Eso era imposible, volvió a girar la vista y vio como todo el
mundo tocaba esas paredes transparente, fijo mucho la vista antes de darse
cuenta de lo que realmente ocurría.
-estamos encerrados- susurro
para sí misma, su respiración se fue acelerando y sentía como sus manos sudaban
al igual que sentía sus orejas calientes- ESTAMOS
ENCERRADOS!!- grito con miedo
Todos la observaron, y fue cuando cayeron en cuenta a lo que
ella se refería, se desesperaron, golpearon las paredes pero era imposible,
algunos seguían en shock y otros simplemente golpeaban una de las paredes con
rabia mientras gritaban, no era para menos… se encontraban encerrados en una
gran estructura de cristal, tan grande que no podía encontrar donde terminaba
la pared que tenia al lado.
-despierta!- Ana abrió sus ojos, se había quedado dormida,
¿un sueño quizás? Qué gran decepción se llevo al ver que era una de las chicas
que en ese momento estaba encerrada junto a los otros 27.
-¿Qué
sucede?- dijo con indiferencia, no le agradaba mucho que digamos la
situación actual.
-nos
reuniremos, date prisa- le dijo la chica sin esperar respuesta
mientras caminaba y le informaba lo mismo a los otros que estaban ahí cerca, se
limito a suspirar y seguir a una distancia prudente a esa chica de cabello
corto por encima de los hombros, no sabía su nombre, y no quería saberlo en
realidad. Cuando llegaron al destino, al parecer un pequeño bosque dentro de
esa gran estructura de cristal como había decidido llamar a esa cosa que los
encerraba.
Habían hecho una fogata, al parecer eran eficientes para ser
chicos del siglo XXI, se encogió de hombros y se sentó a uno de los lados para
obtener calor de la fogata.
-bien, hay que ver que
haremos, llevamos 6 horas aquí, y por alguna razón nuestros padres están afuera
de este vidrio, nosotros podemos verlos pero ellos no a nosotros y al parecer
esta pared es interminable, tanto de largo como de ancho, sea lo que sea que nos tenga encerrados hay
que conseguir la forma de escapar…- dijo el chico que había asumido por sí
mismo el titulo de líder, no le molestaba, ella al igual que todos solo querían
salir de ahí.
De pronto el único extremo de pared que tenían al lado se
ilumino, mostrando algo como una gran pantalla tanto para el exterior como para
el interior mostrando el rostro sonriente de un hombre que no ha de pasar los
50 años. Ana no dejaba de preguntarse cuantas sorpresas mas debería llevarse en
ese día.
-sean bienvenidos todos
a este maravilloso juego- menciono con una sonrisa de oreja a oreja- han de
estar muy confundidos, y lo entiendo de verdad, se lo explicare tanto a los
jugadores como a los espectadores las reglas del juego.
“juego”
Ya había mencionado dos veces esa palabra, “¿Qué le sucedía a ese sujeto?” Era una
de las tantas preguntas de Ana.
-bien… seré
conciso… las reglas son las siguiente.
1- los
jugadores podrán ver a los espectadores, pero los espectadores no podrán ver a
los jugadores, contradictorio ¿cierto?
2- los
jugadores tendrán que buscar una llave dorada y a su vez encontrar en donde
encaja esa llave.
3- la
“puerta” que se abra conducirá a un sitio en donde si presionan el botón, estas
paredes se abrirán y podrán salir
-el objetivo es muy sencillo,
les daré provisiones y cosas necesarias, por supuesto nada puede ser tan fácil
en un juego…
Al escuchar eso Ana sintió un escalofrió por toda su columna.
-serán cazados…
jajajajaja será divertido, habrán unas maquinas armadas que dispararan a todo
lo que encuentren, es decir ustedes. Les deseo suerte a todos, y que disfrute
esta aventura!!
La pantalla desapareció, Ana escucho sollozos de algunas de
las chicas que se habían convertido en jugadoras sin saberlo. Ella no lo
asimilaba, estaban en un juego, un juego tan real que si se equivocaban podrían
morir, se recostó en una de las paredes mientras pensaba en ¿Qué iban a hacer
para salir de esa situación?
“¿en que
problema nos hemos metido?”
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