miércoles, 8 de abril de 2015

::Yo soy el arma y tú eres la bala:::



:::Yo soy el arma y tú eres la bala:::

Este lugar es realmente hermoso, para mi es imposible dejar de admirarlo, bajo mis pies descalzos siento la cálida hierva, es maravilloso, avanzo un poco mas hasta llegar a un sembradío de gardenias, son tan increíbles estas flores, y su significado es lo que más me atrae.

La pureza

La dulzura

Un amor secreto

Justo las palabras que la describirían a ella, no puedo evitar pensar en ella al ver estas flores, y todo se ve interrumpido cuando siento la presencia de alguien más, al voltear veo como una chica se asoma por unos de los arbustos para luego esconderse y reír, esto me parece muy tierno la verdad.

“si quieres venir, no te escondas, siéntate aquí a mi lado”- le digo con una sonrisa, veo como vuelve a asomarse, sonríe y se acerca hasta quedar sentada a mi lado.

“¿no te aburre estar aquí solo?”-  me pregunta con un todo dulce, un suspiro escapa de mis labios

“no estoy solo, estoy con mis pensamientos”- le respondo mirando al cielo con nostalgia

“querrás decir con tus recuerdos”- contraataca con un tono severo

“pero que chica tan curiosa” – me hace mucha gracia la forma de ser de esta chica

“¿me lo cuentas?” – me pregunta con sus ojos llenos de ilusión

“¿qué cosa?”- interrogo con curiosidad

“tu historia, tus recuerdos, todo lo que te atormenta” – me dice como si fuera lo más obvio del mundo

“es una historia larga, de seguro te aburrirá”- le digo mientras sonrió y le acaricio la cabeza, ella solo hace un tierno puchero y me ve reprobatoriamente

“yo decido si me aburre o no, cuéntame”- ¿Cómo negarse a esos ojos tan tiernos?

“de acuerdo, te lo contare”- un suspiro escapa de mí, recordar el pasado es doloroso, pero si cada segundo lo estoy rememorando, no importara que se lo cuente a esta chica, ¿cierto?


“¿Por dónde empezar? Supongo que hay heridas que tardan en sanar, sobre todo las de un gran amor.

Siempre he sido ajeno a los pensamientos de los demás, siempre siguiendo mi curso de vida haciendo lo que se creía correcto o bueno, bajo esos pensamientos decidí entrar al escuadrón de combate, sabía que con esto mi padre se enorgullecería de mí, de su único hijo varón

El país estaba pasando por una situación muy lamentable, una guerra sin sentido, como yo la llamaba pero aun así peleaba en ella, sin saber en realidad porque peleaba. A la corta edad de 18 años aprendí a usar un arma, es realmente triste y extraordinario como con el solo disparo de un rifle se podía acabar con una vida, muy curioso en realidad.

El hecho es que me obligue a ser un hombre y a pelear, las vidas que quite durante esos días jamás me las perdonare, no por el remordimiento de conciencia, sino por ella, cada día al recordarla siento que mi vida no vale nada.

Y… bueno a mis 24 años la conocí, ella era una voluntaria para ayudar a curar las heridas de todos nosotros, era sorprendente que una chica de 17 años decidiera eso de forma de vida, más de uno de mis compañeros quedaron prendados por ella, yo no, después de todo es una niña y en mi mente habían cosas más importantes, como por ejemplo esta guerra sin sentido…

Para mí no me era indiferente él como ella me miraba, se notaba que yo le gustaba, y no es por alardear pero siempre me miraba, a veces me molestaba pero poco a poco me fui acostumbrando a que me observara de lejos, al fin y al cabo nunca habíamos hablado más de lo debido.”


“eres cruel”- susurro la chica mientras escondía su rostro entre sus piernas

“sí, creo que lo fui, ¿quieres que continúe?”- pregunte mirado detalladamente como la chica se emocionaba ante la pregunta

“claro!!”- es muy tierna y divertida esta chica

“Bueno… como decía antes, no estaba para nada interesado en el amor, y menos con una chiquilla, pensé que con el tiempo se le pasaría y se cansaría.

Cuan equivocado estuve.

Un día sin más tuvimos un ataque sorpresa, el olor a sangre, carne quemada y pólvora era tan real, más real que nunca, jamás había estado en una situación así, todo estaba completamente destruido y habíamos tenido muchas bajas, en ese momento pensé que moriría.

Sin embargo, no fue así, nos dividimos en grupos, debíamos huir de nuestro propio territorio si queríamos sobrevivir, algo gracioso si me lo preguntan, huyendo de nuestro propio país, logramos llegar a unas cuevas bajo una montañas, ese seria nuestro refugio por un tiempo, por lo menos hasta que tuviéramos las fuerzas necesarias para seguir adelante.

En el grupo en el que estaba se encontraba también esa chica a la que yo le gustaba mucho, pensé que sería incomodo pero no lo fue, en ningún momento intento nada, simplemente se quedaba pensativa, supuse que todo lo que paso fue demasiado para ella, después de todo seguía siendo una niña.

Llevábamos  una semana en esa cueva, ella se veía muy distante, y ahora era yo quien la seguía de lejos, como dije antes más de uno estaba interesado en ella, y en este momento ella estaba muy vulnerable, sería una presa fácil así que me di la tarea de cuidar de ella.

Una noche note como salía de la cueva, esto lo hacía muy seguido pero como estaba acostumbrado no le tome mucha importancia, pero esa noche por alguna razón que aun desconozco la seguí. Llego un poco mas allá del pequeño riachuelo y en ese momento las vi, esas hermosas flores, eran gardenias, tan blancas y con la luz de la luna parecía irreal.

“es increíble que con una guerra tan horrible puedan haber cosas tan simples y a la vez tan hermosas”- oí su voz mientras se volteaba y me miraba, esa sonrisa que me mostró esa noche jamás la olvidare

“supongo que lo único bueno de la guerra es que apreciamos las cosas simples”- esa fue mi vaga respuesta ante su comentario, ella rió un poco alto para luego negar.

“deberíamos apreciar las cosas simples en cualquier circunstancia, no solo en la guerra”- lo que dijo me sorprendió.

“tienes razón”- era lo único que podía decir

Luego de esa extraña pero a la vez cálida y amena conversación regresamos a la cueva, esa  fue la primera vez que tuvimos una conversación real, y puedo confesarte que ella ya no me era tan indiferente.”


“Así que en ese momento te enamoraste de ella”- me dijo la chica con una sonrisa traviesa, no pude evitar soltar una carcajada, a lo que supongo se sintió ofendida por su cara de disgusto

“la verdad, puedo decir que me enamore de ella un tiempo después de esa conversación”- le dije conteniendo mis ganas de reír, no quería que se enojara

“¿en serio? Que romántico, sigue  contando”- esta chica tiene un  humor muy cambiante, mire al cielo y seguí con mi relato.


“Desde ese momento ya me era normal que nos miráramos, y de vez en cuando intercambiábamos sonrisas, puedo decir que nos hicimos grandes amigos, todas las noches sin que nadie se diera cuenta íbamos a ese sitio donde florecían esas gardenias, lejos del ruido, lejos de la guerra, lejos de todo.

Todo estaba tan bien, que por unos días olvide que huíamos de una guerra, pero no todo podía ser tan bueno, la guerra nos alcanzo…

Nuestro escondite fue descubierto, nos separamos todos y quede solo, malherido, con un soldado apuntándome con su rifle, sabía que iba a morir, por lo menos desee que ella estuviera a salvo, ya me había rendido, estaba derrotado en el suelo fangoso, me sentía como un arma a la cual no le queda ninguna de sus balas, sonreí ante ese pensamiento y cerré los ojos esperando el disparo…

 Lo escuche…

 Más nunca sentí el impacto…

Todo paso tan rápido que al abrir mis ojos no pude creer lo que veía, frente a mi estaba ella, estaba su silueta, lagrimas corrieron por mis ojos al entender la situación.

Ella se interpuso…

Quede sin habla y ella callo hacia atrás, yo logre agarrarla y vi la herida producto de la bala, esto no podía estar pasando, ella con su respiración débil me dio una pistola, yo la tome y entendí lo que quería, el soldado miraba todo atónito, el tampoco lo creía, de un rápido movimiento le dispare y acabe con la vida del soldado, si algo me habían enseñado era a nunca distraerse, no me sentí culpable de la muerte de ese soldado, si pudiera le dispararía mil veces más por toda la rabia que sentía en mi interior.

Al bajar la mirada la vi, ella sonreía como solo ella podía hacerlo, la abrase contra mi cuerpo mientras lloraba.

“te amo”

Segundos después de ella decir eso, sentí el cuerpo que abrazaba más pesado, lo sabía, pero aun no quería verla, porque me mostraría algo que no quería ver.

Ese día ella murió…”


Al decir eso último gire mí vista hacia esa chica, se notaba pensativa mientras miraba las gardenias, pasaron unos minutos hasta que ella hablo.

“no me gusta esa historia”- dijo mientras se levantaba y agarraba una gardenia entre sus manos.

“lamento que no te haya gustado”- le dije con una mirada triste pero aun así sonriendo

“aun no me has dicho…¿Cuándo te enamoraste de ella?”- dijo mirándome exigiendo una respuesta, yo tome una gran bocado de aire y respondí

“cuando ella murió…en ese momento supe que me había enamorado de ella”- me miro triste

“¿qué paso después?”

“¿después?”

“si… ella murió pero tu seguiste vivo”- me recrimino- “ahí no termina la historia”- yo asentí

“el resto no es muy interesante… tome esa arma y mate a los que pude hasta que me quede sin balas y…. bueno me dispararon y morí”

“¿su sacrificio fue en vano?”-  mire sus ojos, sentía que en cualquier momento se echaría a llorar

“no lo fue, ese día íbamos a morir sea como sea… pero su sacrificio me hizo darme cuenta de algo”

“¿de qué?”

“me di cuenta de que soy como un arma sin balas, y ella era mi bala, ella era la que hacía que mi existencia tuviera sentido, y cuando ella me dio su vida para yo poder ser útil me di cuenta de que la amo”- le sonreí al decir esto ultimo

“no es justo”- susurro para luego echarse a llorar como si de una niña se tratase

“lo sé”- le dije mientras me acercaba y la abrazaba

“ella te amo desde siempre”

“lo sé”

“ella se enamoro de la forma de ver el mundo a través de tus ojos”

“lo sé”

“ella siempre te observo en silencio y te amo como nadie en el mundo”

“lo sé”

“ella te amo y lo sigue haciendo”- dijo con voz entrecortada mientras alzaba la vista y me veía a los ojos- “ella te amo y te sigue amando, porque yo soy ella”

“lo sé”- susurre para besar su frente, luego el puente de su nariz y culmine con sus labios, un tierno rose, tan dulce e irreal.- “siempre quieres que te cuente esa historia, y al final siempre terminas llorando”- dije con pesar, realmente odio verla llorar

“no quiero que olvidemos nuestra historia”

Sus comentarios siempre han sido así, tan únicos y tan ella, no sé como paso, ni siquiera sé cómo llegamos a este sitio, solo sé que en este mundo después de la muerte solo existimos nosotros, ella y yo, y por supuesto también nuestras gardenias…

“te amo”- le susurro a el oído, ella se separa y me sonríe.

“si no estamos juntos estaremos incompletos, ya que tu eres el arma y yo soy la bala… ambos nos necesitamos”

Sonreí al escuchar eso, era tan cierto, nuestro destino era estar juntos por siempre, ella me extiende sus manos en donde todavía tiene esa hermosa flor…



“nuestra historia apenas comienza”  


1 comentario:

  1. Esta historia se la dedico a Green Eyes por su apoyo y ayuda, aquí esta!!! el final feliz que me pediste pero a mi manera ;) espero te guste <3

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